Ignorancia o estrategia: la excusa inaceptable de la alcaldesa de Cartagena
En un artículo del 8 de junio, de elDiario.es, Bernardo Sánchez, portavoz de la Asociación de Memoria Histórica de Cartagena (MHC), y Pedro Egea, catedrático emérito de Historia Contemporánea de la Universidad de Murcia, detallan cómo la reciente gestión del Ayuntamiento de Cartagena —liderado por Noelia Arroyo (PP) en coalición con Vox— ha paralizado la retirada de nombres franquistas de sus calles y placas condecorativas, amparándose en un improbable retraso del “catálogo estatal” exigido por la Ley de Memoria Democrática de 2022.
Según Egea, “es indigno que en pleno 2025 haya decenas de calles que ensalzan el franquismo”, y que no exista voluntad real de cumplir la legalidad vigente. La lista incluye figuras tan evidentes como Francisco Franco (todavía con la medalla de oro de Cartagena desde 1945), José Antonio Primo de Rivera, Bastarreche o Salvador Moreno — personajes cuya responsabilidad en crímenes y genocidios es histórica y ampliamente documentada.
1. Sentido común frente a excusas burocráticas
Es razonable que, en casos controvertidos o dudosos —como personajes secundarios o aquellos con reconocimiento reciente—, pueda esperarse orientación estatal. Pero ¿es aceptable argüir ignorancia sobre quién fue Franco, José Antonio o Bastarreche? Bastarreche y Salvador Moreno masacraron civiles en La Desbandá; Franco y la Sección Femenina encumbraron un régimen represor.
Si alguien necesita un catálogo para saber que Bastarreche fue un criminal, es que no debe estar en política. Tal como afirma con contundencia Bernardo Sánchez: "las Calles José Antonio, la calle Pla y Deniel, la medalla de oro de Franco. Nada de eso necesita de ningún catálogo ni de ningún estudio que determine que son franquistas" No lo podría haber expresado mejor. Esa afirmación no solo apela al sentido común: deja al descubierto la miseria moral y cívica de quienes hoy ocupan cargos públicos en Cartagena.
2. ¿Ignorancia o falta democrática?
La reacción del equipo de gobierno sugiere una de dos cosas: o bien son ignorantes históricos —lo cual cuestiona gravemente su idoneidad para liderar—, o bien optan por la desmemoria por motivos ideológicos. Señalar que “no tienen intención alguna de cumplir la ley ni de reparar el daño causado” no es una exageración: corresponde exactamente a lo que denuncian Egea y Sánchez.
3. La ley está en vigor y obliga a actuar
Desde 2022 rige la Ley de Memoria Democrática, que obliga a suprimir vestigios franquistas sin demora. No se trata de depender de un catálogo “pendiente”, sino de actuar con criterio: las figuras indiscutiblemente implicadas en crímenes contra la libertad y los derechos humanos deben ser eliminadas. No tiene sentido jurídico ni moral esperar.
4. Una oportunidad perdida para la decencia
Durante la anterior legislatura (2015–2019), sin mayoría del PP, Cartagena retiró varios símbolos franquistas. Desde el regreso del PP en 2021, sin embargo, la eliminación de más de veinte vías franquistas se ha paralizado completamente. No solo representa una traición histórica, sino una traición al compromiso democrático que deberían representar quienes gobiernan.
5. Responsabilidad política y moral
La alcaldesa y sus concejales no pueden escudarse en la pasividad estatal. Su tarea por ley (y por decencia) es proteger los valores democráticos, entre ellos la eliminación activa de símbolos del franquismo. Si no lo hacen, demuestra una alarmante falta de compromiso. Y ya sea por desconocimiento o por estrategia, ambos supuestos resultan intolerables: o demuestran que no merecen sus cargos, o muestran que su objetivo no es la reparación, sino la amnesia institucional.
Conclusión
Noelia Arroyo y su equipo deben dejar de utilizar el “catálogo estatal” como excusa. Si verdaderamente creen que la historia se puede ignorar hasta recibir instrucciones del Gobierno central, mejor dimitir. Porque ese catálogo ya no es necesario para eliminar lo obvio: personajes como Franco, Bastarreche, Salvador Moreno o José Antonio son símbolos del horror franquista. Mantener sus homenajes es un insulto a las víctimas y una claudicación democrática.
Cartagena necesita un gobierno que actúe por criterio, responsabilidad y urgencia, no uno que viva de excusas y permita mantener el callejero franquista en 2025.
Epílogo: no olvidar nunca
En Cartagena, como en tantos rincones de España, la memoria no es solo una cuestión simbólica: es una necesidad vital para quienes aún esperan justicia. Hay familias que jamás pudieron enterrar con dignidad a sus muertos. Hay historias silenciadas por décadas. Hay heridas que no sanan porque la democracia aún no ha sido del todo valiente.
No es una cuestión de revancha, sino de respeto. De pedagogía democrática. De recordar que la libertad y la dignidad se defienden también desde el callejero. Y que mientras haya una calle que rinda homenaje a los verdugos, será más difícil honrar a las víctimas.
Noelia Arroyo puede decidir ponerse de perfil, pero la historia no lo hará. Sus nombres —Franco, Bastarreche, Salvador Moreno, José Antonio— no merecen ser calle. Merecen ser lección. Una que diga: "Esto no debe volver a pasar."
Y quienes luchamos por la Verdad, Justicia y Reparación, seguiremos aquí, cada día, recordando lo que otros prefieren olvidar.
Artículo de origen: https://www.eldiario.es/murcia/sociedad/cartagena-elude-memoria-historica-indigno-pleno-2025-haya-decenas-calles-ensalzan-franquismo_1_12361196.html
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